Como ocurre con la mayor parte de las esculturas griegas más importantes, no se ha conservado la obra original en bronce, aunque su forma se conoce gracias a varias copias en mármol talladas en época romana. De entre estas copias, la primera descubierta en época moderna (1781) es conocida como Discóbolo Lancelotti, y proviene de la Villa Palombara de Roma, propiedad de la familia Massimo.
Los eruditos romanos Lo identificaron inmediatamente como obra de Mirón porque coincide totalmente con la descripción que hace Luciano. Y desde entonces nadie ha contradicho esa aseveración.
Su primer propietario fue la familia dueña del lugar, que la mantuvo en su poder mucho tiempo, sin ceder a las muchas ofertas de compra. El papa quiso comprarlo y su dueño no quiso venderlo. Napoleón quiso comprarlo y su dueño no quiso venderlo. El rey Luis I de Baviera quiso comprarlo, y su dueño no quiso venderlo. Luis I construyó la Gliptoteca de Munich para albergar grandes obras de escultura clásica. Para el Discóbolo, incluso, reservó una sala. Pero su dueño no quiso venderlo. Años después Hitler quiso comprarlo, pero su dueño no quiso venderlo. Hitler ofreció más y más dinero, hasta llegar a una cantidad disparatada, y finalmente el propietario accedió (quizás llegó a pensar que Hitler era capaz de cualquier cosa por hacerse con la escultura y cedió por temor). Las autoridades culturales italianas pusieron el grito en el cielo ante la posibilidad de que la obra saliera de Italia y tuvo que intervenir Mussolini. Finalmente, el Discóbolo llegó a la Gliptoteca de Munich (donde Luis I había pensado colocarla), pero por poco tiempo. Comenzó la Segunda Guerra Mundial. Como muchas otras obras maestras del arte fue escondida por los alemanes para evitar que pudiese ser dañada en la guerra. Cuando la guerra terminó, la escultura apareció de nuevo, y el gobernador de la zona, un militar norteamericano, ofreció a Italia recuperar la escultura, cosa que aceptaron encantados. Los alemanes protestaron, aduciendo que había sido una compra legal, y a cambio de una enorme suma, y no había sido obtenida como "botín de guerra", `por lo que que la propiedad estaba fuera de discusión y los aliados no tenían por qué decidir su destino (y en eso tenían razón) Y reservó una sala especialmente para el Discóbolo. Pero su dueño no quiso venderlo. Muchos años después, Hitler quiso comprarlo pero su dueño no quiso venderlo. Hitler ofreció más y más dinero, llegando a una cifra desmesurada, hasta que los dueños aceptaron (quizás se dieron cuenta de que aquel hombre estaba dispuesto a cualquier cosa por poseerlo y tuvieron miedo de seguir negándose). Las autoridades culturales italianas se escandalizaron de que la obra fuera a abandonar Italia y tuvo que intervenir Mussolini. Finalmente, el Discóbolo llegó a aquel Museo donde lo quería ubicar Luis I de Baviera, pero por poco tiempo, En seguida estalló la Segunda Guerra Mundial y la escultura fue ocultada, como muchas obras maestras del arte acumuladas por los nazis. Cuando acabó la guerra, el gobernador militar de la zona, un general norteamericano, les ofreció devolverlo a Italia. Los italianos aceptaron encantados, aunque los alemanes protestaron, aduciendo que había sido una compra legal, que se había pagado a su dueño una enorme cantidad y no era producto del saqueo (y era verdad). Y asó volvió a Italia, donde entretanto habían aparecido otras copias de la obra de Mirón, como el Discóbolo de Castelporziano que, aunque le falta la cabeza y el brazo en el que sujetaría el disco, es apreciado por ofrecer un tratamiento mucho más suave de la musculatura. Hoy se encuentran expuestos uno al lado del otro en el Museo Nacional Romano y pueden ser comparados fácilmente.
FUENTE: La mayoría de los datos los he obtenido de la interesantísima conferencia pronunciada por Miguel Ángel Elvira para la fundación Juan March sobre los escultores griegos del siglo V a. C. EL canal de dicha fundación en You Tube es un tesoro que me ha deparado muchas horas de entretenimiento y aprendizaje con conferencias de prestigiosos historiadores, arqueólogos (Bendala, Alvar, Elvira, Aubet, Baquedano....)
También he usado Wikipedia y la web del Museo Thyssen para buscar fotos concretas y asegurarme de algunos datos en aras de la exactitud.
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