martes, 30 de julio de 2024

117. Culebrón en la corte de los Capetos



La excomunión de Roberto II de Francia - Jean-Paul Laurens, Museo de Orsay (Wikipedia)

Debido a la necesidad de reyes y príncipes de contraer matrimonios concertados, arreglados por sus padres por motivos políticos, la Historia de Europa abunda en historias de amores trágicos, amantes (oficiales u oficiosas), concubinas, hijos ilegítimos y muchos enfrentamientos familiares. Esta es la historia de uno de ellos.

Berta era la mayor de los cuatro hijos del rey de Borgoña, Conrado III y su segunda mujer, Matilde de Francia. Destinada a lo usual en la época, fue casada con un importante señor feudal , Eudes (u Odón) I de Blois, que recibió el título de conde Palatino del rey Lotario de Francia. Además de sus cuatro hermanos, Berta tenía una hermanastra y un hermanastro, hijos del primer matrimonio de su padre y de la concubina de éste. Eudes y Berta tuvieron ocho o seis hijos, dependiendo de las fuentes consultadas.

 Eudes entró en un conflicto con los Capetos y varios aliados de éstos. Como Berta lo acompañaba en la guerra, se produjo un encuentro que cambió la vida de Berta. Al campamento de Eudes llegó Roberto, hijo y heredero de Hugo Capeto. Parece ser que cuando Roberto vió a Berta se enamoró a primera vista. 

Roberto estaba casado en un matrimonio arreglado por Hugo Capeto con Susana (o Rosala)  de Italia, que era veinte años mayor que él y a la que Roberto no le tenía ningún afecto y la que había intentado repudiar repetidamente alegando la diferencia de edad y la presunta esterilidad de Susana, cosa que no era cierta, ya que Susana había tenido tres hijos con su primer marido. La nulidad del matrimonio de Roberto y Susana nunca fue concedida por la Iglesia. A la muerte de Eudes, Roberto pidió permiso a Hugo para casarse con Berta, pero Hugo no consintió, alegando que eran parientes (las abuelas de Roberto y Berta eran hermanas, por lo que eran primos segundos. Además Roberto era padrino de uno de los hijos de Berta, lo que hacía ese matrimonio incestuoso para la Iglesia). Unos meses después de morir Eudes muere Hugo Capeto. Roberto sube al trono, y ya sin un padre que se opusiera, repudia a Susana y comienza a vivir con Berta.  El papa llama al orden a Roberto y le impone siete años de penitencia. En caso de no separarse, los amenaza con la excomunión. Susana y Roberto no ceden y como al cabo de cinco años de unión sólo habían tenido un hijo prematuro que nació muerto. El siguiente papa, Silvestre II, confirma la condena al rey de Francia. Roberto necesita el apoyo de la Iglesia y desea fuertemente un heredero y cede ante el papa. Como la Iglesia no reconocía el matrimonio, no se ve necesario seguir ningún procedimiento de nulidad. Roberto busca una esposa con la que no haya posibilidad de aducir parentesco y se casa con Constanza de Arlés.

Constanza de Arlés es una persona conflictiva. Los cronistas la califican de "vanidosa, avara, arrogante, cruel y vengativa". Que en siglo XI los cronistas se atrevieran a escribir así de una reina llama la atención. Se dice que el propio Roberto le tenía miedo; que ordenó asesinar al favorito del rey, Hugo de Beavais, cuando ambos estaban de caza en un bosque de Orleans y que había dejado ciego a su confesor, acusado de herejía. En la corte no la quieren, los provenzales que llegaron con ella a la corte provocaron un "choque cultural". Los provenzales del año mil no usaban barba ni bigotes, lo que para los francos era signo de afeminamiento; y además llevaban la cabeza rapada, algo que los francos reservaban a los eclesiásticos. La corte está dividida. A pesar de todo, tienen siete hijos. Da la impresión de que Constanza domina a su marido, lo que en la época es una situación anormal. Ella prefería a su hijo Roberto como heredero, pero su esposo elige a Enrique. A la muerte de Roberto, Constanza intentó asesinar a Enrique, pero el complot fracasa y Enrique subió al trono. No es de extrañar que a los seis o siete años de matrimonio Roberto busque de nuevo a Berta, a la que no había dejado de ver ni de amar y juntos marchen a Roma para pedir al papa la nulidad del matrimonio de Roberto y Constanza, basándose en el asesinato de Hugo de Beauvais,  porque quiere casarse de nuevo con Berta. A partir de ese momento Berta desaparece de la documentación, aunque no hay seguridad de la fecha de su muerte de Berta. Se dice que enfermó en Roma y murió cuando volvían a Francia, en el castillo de Valperga, entonces territorio del Sacro Imperio Romano Germánico, hoy Piamonte italiano.

  No dudamos del posible amor entre Berta y Roberto, pero ambos tenían más motivos. Roberto quería incorporar los territorios que habían sido de Eudes de Blois y Berta pensaba que aseguraba su porvenir y el de sus hijos: nadie se atrevería a atacar a los hijastros del rey. Fuera por lo que fuera, un auténtico culebrón.

 

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