A veces nos parece que ya está todo descubierto, encontrado y estudiado, pero nada más lejos de la verdad. Todavía hay grandes agujeros negros en nuestros conocimientos, y no solo en los de un individuo concreto, sino también en los de la humanidad en general. Hoy traigo a colación a un pueblo de la antigüedad, del que se sabe justo lo suficiente como para saber que existió, que estuvo ahí, pero también como para saber que falta mucho como para saber que nos falta bastante para poder colocar esa pieza en el puzzle del mundo antiguo: los luvitas. Su devenir estuvo entrelazado con el de otro pueblo del que deberíamos saber más por lo que nos atañe: los hititas. Los hititas son el primer pueblo del que sabemos que hablaba una lengua indoeuropea, como la nuestra. El castellano es una lengua romance, que son una rama indoeuropea de lenguas; las lenguas griegas son una subfamilia de lenguas indoeuropeas que incluyen al griego clásico y al griego helenístico. Si nuestra civilización es heredera de la griega y la latina, si nuestra lengua es indoeuropea, no podemos de dejar de lado a los hititas como si no tuvieran nada que ver con nosotros. ¿Dónde está el origen de los hititas? Todos los pueblos que los rodeaban en la península de Anatolia donde se originó el imperio hitita hablaban lenguas no indoeuropeas, de forma que hay muchas posibilidades de que su origen fuera otro lugar ¿Cúal? No lo sabemos.
El pueblo de Hatti fue conquistando a los pueblos vecinos sobre los que ejercía un control que variaba en cada caso. Posiblemente los luvitas fueron uno de esos pueblos absorbidos por el imperio hitita. Su tremenda superioridad se explicaba por el fácil acceso a los metales. En territorio hitita abundaba el cobre, el arsénico y la plata, que los hititas empleaban como moneda. En la Antigüedad, quien poseía el control de los metales tenía el poder (también hoy, aunque los metales que dan el poder son otros). Aunque el estaño no estaba entre los metales a los que tenían fácil acceso, los expertos creen que en algún afloramiento de estaño, aunque fuera pequeño, cobre y estaño se pudieron mezclar de forma natural, obteniendo bronce,proporcionándoles una superioridad militar frente a los que usaban armas de cobre. Y su extraordinaria pericia en el trabajo del metal hizo que, todavía en la Edad de cobre, fueran capaces de fabricar objetos de hierro, para lo que era necesario hornos capaces de alcanzar temperaturas muy altas. Y los hititas, en lugar ponerse a fabricar armas de hierro, se dedicaron a vender esos objetos (más valiosos que el oro) o los reservaron para los regalos utilizados en el mundo de la diplomacia.
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Daga de hierro propiedad de Tut-ank-Amón |
Una de las posesiones más preciadas del faraón Tut-ank-Amón era una daga de hierro. Fue presentada con frecuencia hasta nuestros días con el sensacionalista titular de "la daga del faraón era extraterrestre", porque la explicación que se daba es que se hizo con material procedente de un meteorito formado principalmente de hierro. Hoy sabemos que la explicación es que fuera un regalo diplomático del rey hitita, en un mundo en el que faltaban 500 años para que se supiera elaborar hierro.
Esta utilización de los objetos de hierro en el mundo hitita los catapultó al éxito económico y político.
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"Piedras de Hama" |
Ahora demos un salto en el tiempo hasta casi nuestros días. En 1.812, en Hama (Siria) un mercader al que se conocía como Ibrahin ibm 'Abd Alláh examinaba atentamente una pequeñas inscripciones jeroglíficas sobre piedra. Algunas estaban en espacio sagrado y otras incrustadas en las paredes de las casas de algunas casas de la ciudad. Sus poseedores les atribuían poderes mágicos y las veneraban, por lo que aquel hombre solo pudo tomar notas y no llevárselas.
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Johann Ludwig Burckhardt |
Aquel hombre era en realidad un explorador suizo llamado Johann Ludwig Burckhardt, nacido en Lausana, profundo conocedor de la lengua árabe y de la religión musulmana. que, haciéndose pasar por un mercader, recorrió Oriente Próximo y Nubia, se convirtió al islam y adoptó el nombre ya mencionado. Fue el europeo que descubrió las ruinas de Petra y uno de los primeros europeos en conocer Medina y La Meca. Además descubrió a Occidente los templos de Nefertari y Ramsés II en Abu Simbel. Murió de disentería en El Cairo en 1.817 con 32 años, tras escribir un libro que fue publicado en Londres con el título "Viajes en Siria y Tierra Santa". En ese libro mencionaba las inscripciones de Hama lanzando la teoría de que eran hititas. Esto era erróneo, siendo la primera de las confusiones que entorpecieron el correcto conocimiento sobre hititas y luvitas.
Con el tiempo, se pudo excavar científicamente en Anatolia la ciudad de Hattusa, capital del imperio hitita, situada a 150 kms. de Ankara. Estudiados los archivos del archivo hitita, que estaban escritos en su lengua pero en escritura cuneiforme. Conforme se sabía más y más sobre los hititas, se supo más y más de los luvitas.
En 1.872 W. Wright, un estudioso de las lenguas antiguas, emitió la hipótesis de que los jeroglíficos vistos por J. L. Burckhardt en Hama, a comienzos del siglo, habían pertenecido al misterioso pueblo hitita, citado en los textos bíblicos, egipcios y asirios. Cuatro años después hallaba en Karkemis muchos relieves e inscripciones que A. H. Sayce adscribiría al mismo pueblo. La densidad de hallazgos sobre suelo sirio le llevaría incluso a caer en el primero de la larga serie de errores cometidos en la consideración científica de este problema: la patria de los hititas había sido Siria. Pero el descubrimiento de los textos de Amarna, refrendado por el de la capital del Imperio hitita en Hattusa, en 1906, por H. Winckler y Th. Macridy Bey demostraría todo lo contrario: los hititas tuvieron su núcleo en Anatolia, escribían preferentemente en cuneiforme y su jeroglífico, aunque parecido, no era exactamente igual que el descubierto en Siria (1).
Los estudios y publicaciones de un número considerable de expertos en arte, arqueología y lenguas antiguas fueron enredando y desenredando la madeja alternativamente hasta llegar a las teorías actuales: los luvitas fueron un estado del noroeste de Anatolia, integrante en un tiempo del imperio hitita que finalmente se enfrentó militarmente a los hititas en un conflicto armado con intervención micénica, cuyo acto final fue la guerra de Troya.
Para comprender lo complicado que ha sido aclarar quienes eran los luvitas y su relación con los hititas baste decir que en 1995 se encontró en el yacimiento de Troya un sello escrito en una no muy conocida lengua anatólica, el luvita. Cercana al idioma hitita. ¿Que significaba eso? Los personajes históricos que inspiraron el poema de Homero ¿en qué lengua hablaban? y lo que es más importante...¿quienes eran los luvitas? El enigma está servido.
_________________________________________________________________(1) Fuente: https://www.artehistoria.com/contextos/el-arte-de-la-epoca-luvio-aramea. También algunas conferencias a las que he tenido acceso por internet