jueves, 11 de marzo de 2021

41. La biblioteca de Alejandría

 


Los que me han leído con frecuencia saben que algo que me pone de los nervios es que se afirmen datos históricos erróneos en series de televisión, películas, etc..... Algo que, además, es tan fácil de evitar como contratar a un asesor histórico de solvencia, algo que en un rodaje debe ser un gasto tan pequeño como una gota de agua en el mar.  Para no caer yo en lo mismo empezaré diciendo que de edificio que albergó la famosa Biblioteca de Alejandría no queda nada, ni un cascote, ni traza de la planta. Del destino de su contenido tenemos una versión que os cuento al final. De forma que todos los dibujos que se encuentran en internet son meras reconstrucciones con mucha imaginación y nula credibilidad. Se puede lanzar una hipótesis, y es que podría ser parecida a su gran rival, la biblioteca de Pérgamo, de la que tampoco queda tanto como para esas fantasías. A lo sumo podemos reconstruir la planta, que muestro abajo: 



Como se puede ver, de esto a los bonitos dibujos a los que antes aludía va un mundo. La imagen que encabeza este post es una imagen de un juego de ordenador. El que avisa no es traidor, así que con esto zanjo el tema de cómo sería.

Vamos a continuación a aclarar muchos errores que han arraigado en la cultura popular por culpa de diversos personajes "metidos a historiadores". He leído en un artículo que la biblioteca de Alejandría fue la primera biblioteca de la historia. Pues no, señores, en internet no es oro todo lo que reluce. La primera biblioteca de la historia de la que tenemos noticia es la biblioteca de Nínive, al norte del actual Irak. Visité los restos de Nínive en 1.989, acompañada por algunos de los mayores especialistas en Historia Antigua de España. Así pues, fueron los asirios los que al parecer, si no aparecen nuevos datos que lo contradigan tuvieron la idea de reunir en un solo lugar todo el saber acumulado hasta el momento. Se la suele llamar "la biblioteca de Assurbanipal", aunque no parece ser este rey quien la creara  sino Sargón II. La llamemos como la llamemos,  la biblioteca de Assurbanipal tampoco fue el primer caso de recopilación y salvaguarda de textos del mundo antiguo. Ya habían existido casos de creación de archivos palaciegos donde se almacenaban los textos producidos en el ejercicio del gobierno: tratados, cartas, legislación, jurisprudencia, correspondencia entre reyes, informes de los espías, etc... Los palacios de las ciudades de Ebla, Mari, Hattussa, Ugarit, Nippur,  Lagash, tenían  archivos para uso de sus gobernantes. Pero una biblioteca implica algo diferente, sobre todo cuando se crean con la intención de un saber global, que abarque también temas como la historia, los textos literarios, geográficos,  religiosos, rituales, históricos, etc. La biblioteca de Assurbanipal tenía incluso un sección de acceso muy restringido domde se guardaba lo que hoy llamaríamos "información clasificada" Hecha esta distinción, podemos decir que los asirios fueron los primeros en crear una biblioteca con la pretensión de reunir todo el saber conocido hasta el momento, es decir, algo mucho más parecido a nuestras actuales bibliotecas, donde lo mismo encontramos una novela que una enciclopedia o una guía de viaje a Francia. Además, la biblioteca de Assurbanipal tenía sus textos organizados por salas temáticas, donde para facilidad del usuario había incluso resúmenes de los textos e indicaciones para encontrar los textos con facilidad.

La biblioteca de Nínive fue destruida cuando se formó  una alianza de cimerios, escitas y medos contra el imperio asirio. Los medos  arrasaron Nínive e incendiaron la ciudad. Pero como los textos de la biblioteca estaban escritos en escritura cuneiforme sobre tablillas de barro fresco y después cocido para que la tablilla se endureciera. De forma que, aunque  la biblioteca quedara destruida, el incendio de la ciudad sólo consiguió que las tablillas se cocieran un poco más, que algunas se ennegrecieran un poco, pero miles de ellas sobrevivieron al incendio. Si hubieran sido papiros o pergaminos, ni sabríamos que esta biblioteca había existido.

La biblioteca de Nínive es famosa porque gracias a ella conservamos el texto más completo del poema de Gilgamesh, la epopeya más antigua creada por el hombre que conservamos (1.000 años más antigua que la Iliada y la Odisea). El héroe Gilgamesh, en lugar de dejar su tierra en busca de fama, riqueza o aventuras, se lanza a la búsqueda de la inmortalidad. La iniciativa asiria no tuvo continuidad en Oriente. 

Los medos que conquistaron Nínive fueron en seguida sustituidos por el imperio persa, que no mostró interés en hacer algo similar. Un imperio que abarcaba desde Bulgaria hasta el valle del Indo, hubiera podido reunir un contenido mucho más grande que el que tuvo la biblioteca de Nínive.

Volvamos a la  Biblioteca de Alejandría. A la muerte de Alejandro sin sucesor, y con dos hijos, uno ilegítimo y otro que que era solo un niño  su inmenso imperio se repartió entre sus generales, que acabaron luchando entre ellos por la posesión de este o aquel reino. Ellos o sus hijos,  Seleuco, Ptolomeo, Antípatro, acabaron reinando sobre hombres y culturas de los que desconocían lengua, religión, costumbres, carácter e historia. De ese hecho surge la iniciativa de crear una biblioteca como la de Alejandría: reunir textos que permitieran comprender a esos hombres para poder gobernarlos. El poder y como conservarlo es lo que está detrás de todo ello.

Ptolomeo I Soter.
Ptolomeo, amigo íntimo desde la infancia de Alejandro, uno de sus generales de mayor confianza y uno de los siete guardaespaldas que lo protegían, se convirtió en gobernante de Egipto desde el 323 a. C., inaugurando la dinastía ptolemaica que duró en el poder hasta la muerte de Cleopatra VII en el 30 a. C. Se le atribuya la fundación de la biblioteca de Alejandria, aunque fuera después ampliada por su hijo Ptolomeo II Filadelfo.

En las ciudades griegas solía haber un Museion, que era un santuario dedicado a las musas , y que además era un espacio donde se realizaban diversas actividades culturales. Aunque de Museion derive nuestra palabra museo, no responde al mismo concepto. Polomeo I eligió la ciudad de Alejandría como capital y construyó un gran palacio donde residió toda la dinastía ptolemaica. Su hijo Ptolomeo II Filadelfo creó el museion como parte del complejo palacial, y dentro de ese museion estaba la biblioteca, junto con un jardín botánico, un observatorio astronómico, una sala de anatomía (donde se utilizaban los cuerpos de los criminales ejecutados para diseccionar los cadáveres), una colección zoológica y habitaciones para residencia de los sabios (filósofos, matemáticos, geógrafos....).  que allí investigaban y enseñaban. No era sólo un lugar donde se guardaban libros, sino también un centro de investigación y estudio. No era  una biblioteca pública, y su acceso estaba bastante restringido a investigadores y estudiosos. Era, en cambio, un floreciente negocio, pues se realizaban copias a demanda de las obras allí existentes en una época en que se había puesto de moda que los ciudadanos ricos tuvieran en su casa una pequeña biblioteca privada. De todo el Mediterráneo llegaban peticiones de copias de obras (los copistas cobraban por línea). Todas las obras de la biblioteca estaban traducidas al griego. Sabemos que copistas y traductores tenía derecho a comida gratis y  estaban exentos de impuestos y poseían otros privilegios. En Alejandría llegó a haber hasta 14.000 estudiantes. Allí vivieron los famosos gramáticos alejandrinos que determinaron las leyes de la retórica y la gramática, los famosos geógrafos que diseñaron mapas del mundo y los famosos filósofos cuyo grupo acabó fundando una especie de religión.

Reconstrucción del siglo XIX del Mapa de Eratóstenes, que reproduce el mundo conocido por entonces
(c. 194 a, C.)



Por ejemplo, su tercer bibliotecario, Eratóstenes de Cirene, era un destacado hombre de letras, hoy en día es más conocido por su trabajo científico y por haber contribuido en gran medida al avance de la geografía como disciplina científica.​ La obra más importante de este erudito, que vivió aproximadamente entre 280 y 194 a. C., fue el tratado de geografía general Geographica —en griego antiguo, Γεωγραφικά, romanizado: Geografiká—, originalmente escrito en tres volúmenes.​ La obra en sí no sobrevivió, pero muchos fragmentos se conservaron a través de citas en los escritos posteriores del geógrafo Estrabón. Eratóstenes fue el primer erudito en aplicar las matemáticas a la geografía y la cartografía, y en su tratado Sobre la medida de la Tierra calculó la circunferencia de nuestro planeta con gran precisión para la época, con una diferencia de tan solo unos pocos cientos de kilómetros.

Pero la mayoría de los bulos y errores, interesados o no, que se han perpetuado sobre la biblioteca de Alejandría versan sobre su final. Se ha dicho tanto sobre ese final que con todo lo que se ha escrito sobre el tema se podría llenar otra biblioteca de Alejandría. Para entender por qué no quedan rastros de la biblioteca de Alejandría y cómo desapareció hay que partir de tres puntos: 

- El final de la biblioteca de Alejandría no ocurrió en un momento concreto. No fue un suceso, sino un proceso.

- El tema ha sido aprovechado por muchos no historiadores para crear opinión de acuerdo con su ideología y creencias.

- En Alejandría no existía una biblioteca sino dos. Como había mucha demanda de utilizar los textos de la gran Biblioteca y el acceso de ésta estaba restringido a una élite de sabios, traductores y copistas, se creó una segunda biblioteca que, esta sí, era pública, no se encontraba en el museion, sino en el santuario de Serapis o Serapeum, en un barrio mucho más humilde que la otra. Contenía copias de parte de las obras de la gran biblioteca, que custodiaba originales y en una cantidad inmensamente más grande que la segunda biblioteca. Para entendernos podemos llamarlas biblioteca-madre y biblioteca-hija (así aparecen nombradas a veces).

1º El proceso comienza antes del cambio de era. Cuando Pompeyo es derrotado por César en la batalla de Farsalia ( Grecia, agosto del 48 a. C.) huye a Oriente, pensando que allí encontrará partidarios con los que reconstruir su ejército. Llega a Egipto, que estaba en medio de una guerra por el trono entre dos hermanos, los dos hijos de Ptolomeo XII, Cleopatra y Ptolomeo,  que eran corregentes. Un personaje llamado Potino pensó que el apoyo de los romanos les ayudaría en esa guerra civil. Ordenó asesinar a Pompeyo y envió su cabeza a Cesar, pensando que le complacería y se uniría a quien le había librado de su mayor rival. Pero Cesar no reaccionó como Potino esperaba y se disgustó mucho al ver el macabro trofeo. Paradójicamente, hizo que Cesar se aliara con Cleopatra. 

Cesar, a petición de Cleopatra, tomó el mando de las tropas de la ciudad, pero se encontró sitiado en el palacio de Alejandría mientras los barcos del hermano de Cleopatra le bloqueaban la salida en el puerto. Cesar ordenó a sus soldados que incendiaran los barcos de Ptolomeo, pero el fuego se propagó a la ciudad. Las noticias sobre este incendio no dejan claro si la biblioteca se vio afectada, pero dos hechos parecen desmentirlo. No consta que el fuego llegara al palacio, en cuyo entorno estaba el museion y, por tanto, la biblioteca. Tampoco parece que Cesar, que estaba en el palacio,  llegara a estar en peligro en ningún momento. Un segundo texto, un poco posterior, nos aclara algo más especificando que cuando el fuego llegó al puerto quemó unos almacenes de grano y libros.  Ahí puede estar el germen de la confusión que ha extendido la idea de que la biblioteca sucumbió en un gran incendio (a lo que después se añadió que ese incendio había sido provocado por el fanatismo de los cristianos. Esos libros que se encontraban en un almacén del puerto pueden ser copias (de esas que ya comenté que se encargaban y que era una importante fuente de ingresos de la gran biblioteca) que estaban en el puerto listas para ser embarcadas con destino a las personas que las encargaron. Además, tenemos testimonios escritos de personajes de tanta solvencia como Estrabón y otros que años después estuvieron en la  gran biblioteca y sabemos que funcionaba normalmente. Después de asegurar a Cleopatra en el trono egipcio y casarla estratégicamente con su hermano mucho menor, Ptolomeo XIV (muchos reyes de la dinastía ptolemaica, aunque descendientes de un griego, siguieron la costumbre de los faraones egipcios de casarse con sus hermanas).  Julio César regresó a Roma.  

Ya siendo Egipto provincia romana Alejandría experimentó numerosos desastres militares: sufrió parte de la guerra de los judíos en el 117 durante Trajano, luego fue saqueada por un capricho de Caracalla en 215, después destrozada por Valeriano en 253, posteriormente conquistada por las tropas de Zenobia, reina de Palmira en 269, y reconquistada por Aureliano en 273, quien saqueó y destruyó completamente el barrio de Bruchión, desastre que dañó el Museo y la Biblioteca (se dice que en aquella ocasión los sabios griegos se refugiaron en el Serapeo (donde estaba la biblioteca-hija),  y otros emigraron a Bizancio). Finalmente, en 297 la revuelta del usurpador Lucio Domicio Domiciano acabó con Alejandría, tomada y saqueada por las tropas de Diocleciano, tras ocho meses de asedio. Se dice que tras la capitulación de la ciudad, Diocleciano ordenó que la carnicería continuara hasta que la sangre llegara a las rodillas de su caballo, librando a los alejandrinos de la muerte la caída accidental de este, al resbalar en un charco de sangre.

Además hubo en el período varios desastres naturales. Particularmente devastador fue el terremoto de Creta en julio del 365, ​que fue seguido horas después de un tsunami que devastó particularmente en las costas de Libia y Alejandría. Hubo alrededor de 50.000 víctimas.​ Excavaciones submarinas han encontrado en el fondo de las aguas del puerto cientos de objetos y pedazos de columnas que demuestran que al menos el veinte por ciento de la ciudad de los Ptolomeos se hundió en las aguas, incluyendo el supuesto enclave de la Biblioteca.

Cada uno de estos acontecimientos se ha utilizado para narrar el fin de la gran biblioteca de Alejandría, pero lo cierto es que sabemos que después de cada uno de ellos la biblioteca seguía existiendo. 

Lo cierto es que durante el periodo romano la gran biblioteca inició un indiscutible e irreversible proceso de decadencia, por falta de apoyo y de fondos. En el siglo II a. C. Roma se hizo menos dependiente de la producción agrícola egipcia y durante este período los romanos también perdieron interés en Alejandría como centro cultural. La reputación de la biblioteca siguió decayendo al convertirse Alejandría en una mera ciudad de provincias.​ Los eruditos que trabajaron y estudiaron en la Biblioteca de Alejandría durante el periodo romano eran menos conocidos que los que estudiaron allí durante el periodo ptolemaico. Dejaron de asistir aquellos brillantes sabios, investigadores, pensadores y filósofos. Otras instituciones ocuparon el lugar de las bibliotecas  La biblioteca de Alejandría "murió" porque ya eran otros tiempos y el mundo estaba cambiando. Lo mismo ocurrió con todas las grandes bibliotecas de la antigüedad. Nacieron en un momento en el que el pensamiento, la forma de entender el mundo encajaban con el concepto bajo el que nacieron esas bibliotecas. 900 años después, el mundo es "otro", y otras son las necesidades y las aspiraciones de los hombres que lo habitan.

Pero otras cosas seguían ocurriendo en Alejandría, y no necesariamente "buenas" para la biblioteca.  

En el año 391 un grupo de obreros cristianos descubrió los restos de un antiguo mitreo en Alejandría. Entregaron algunos de los objetos de culto encontrados al papa copto local, Teófilo de Alejandría, quien hizo que estos objetos se exhibieran por las calles y fueran ridiculizados. Los paganos de Alejandría se indignaron por este acto de profanación, entre ellos los profesores del Serapeum que enseñaban filosofía neoplatónica y teúrgia, que tomaron las armas y lideraron a sus estudiantes y otros seguidores en un ataque contra la población cristiana de Alejandría. Como represalia, los cristianos, bajo las órdenes de Teófilo, vandalizaron y demolieron el Serapeum (donde se ubicaba la biblioteca-hija).​ La hipótesis de que la Biblioteca de Alejandría fuera destruida en ese momento ha tenido cierto crédito entre los historiadores del pasado, pero en la actualidad se considera poco factible, ya que ninguno de los relatos de la destrucción del Serapeum menciona nada acerca de una biblioteca y fuentes escritas anteriores de su destrucción hablan de su colección de libros en tiempo pasado, lo que indica que probablemente no contaba con ninguna colección significativa de manuscritos en el momento de su destrucción.

En 616 los persas de Cosroes II tomaron la ciudad.

Lo que parece definitivo para la biblioteca es que en el año 640 d. C. Alejandría fue conquistada por el ejército musulmán del Amr ibn al-As. Cuando el jefe militar fue informado de la existencia de miles de textos, pidió instrucciones al califa Omar (segundo de los "califas perfectos") sobre qué hacer con ellos. 

 Algunas fuentes árabes posteriores nos cuentan que la respuesta del califa fue:  «Si esos libros están de acuerdo con el Corán, podemos despreciarlos, no tenemos necesidad de ellos; con el Corán nos basta y si se oponen al Corán, destrúyelos. En cualquier caso, actúa ». El conquistador de la ciudad decidió que fueran usados como combustible para calentar el agua de los baños de la ciudad. Se dice que durante 6 meses ardieron  para tal fin.

Como podemos ver. Alejandría pasó por muchas situaciones que hubieran bastado para terminar con las dos bibliotecas. Cualquiera de ellas podría ser causa del fin de la gran biblioteca.  Si añadimos comprensibles confusiones: la existencia de dos bibliotecas, cosa que algunas personas omiten; el hecho de que la gran biblioteca estaba en el museion, al mismo tiempo que también se llamaba museion la escuela de Hipatia, ubicada en el Serapeium (lugar donde se ubicó la biblioteca-hija) puede explicar que resultara fácil presentar los hechos de forma interesada.

Cuando en 1.980 la popular serie Cosmos, de Carl Sagan en el último episodio se narra un melodramático relato sobre la muerte de Hipatia como resultado del incendio de la «Gran Biblioteca de Alejandría» por parte de cristianos fanáticos pero, aunque si bien es cierto que los cristianos dirigidos por Teófilo prendieron fuego al Serapeum en el año 391, la biblioteca probablemente  ya había dejado de existir siglos antes del nacimiento de Hipatia. 

Igualmente incide en lo mismo Alejandro Amenábar en su película Ágora, donde se presenta el asesinato de Hipatia como un acto de odio de los cristianos hacia la ciencia. Hipatia no fue asesinada por ser una mujer científica y pagana, ni por su fidelidad al paganismo en el momento de auge del catolicismo teodosiano como nueva religión del Estado romano,  No era ni matemática ni astrónoma como la presenta la película ni fue una mártir de la ciencia. Era profesora de filosofía neoplatónica. Pero Hipatia cometió el error de meterse en política.  Se metió las luchas políticas entre las distintas facciones de la Iglesia, el patriarcado alejandrino y el poder imperial, representado en Egipto por el prefecto Orestes, exalumno de la filósofa.

Actualmente se cree que la Gran Biblioteca ptolemaica desapareció en un momento incierto del siglo III, o quizá del IV, y su sucesora, la Biblioteca-hija del Serapeo, fue expoliada en 391. Quizás en un futuro sepamos más. Hoy por hoy, esto es lo que tenemos.






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