miércoles, 24 de marzo de 2021

43. Echar el muerto a otro

 

La expresión echar el muerto y sus variantes echar el muerto a casa, a puerta ajena o al vecino, se utilizan comúnmente para imputar a un tercero la culpa de lo que no ha hecho, según el diccionario.


Al parecer, el origen de esta expresión se remonta a la Edad Media. Según las leyes medievales, cuando dentro del término de un pueblo aparecía el cadáver de una persona muerta de forma violenta y no se llegaba a esclarecer quién había cometido el asesinato, los habitantes de dicho municipio estaban obligados a pagar una multa.


Para evitar saldar la sanción, que se conocía como homicisium, los vecinos azuzaban el ingenio hasta límites insospechados.

Uno de los recursos más utilizados era no airear el hallazgo, meter el cadáver en un saco y, por la noche, arrojarlo en el término de otro pueblo próximo. Así pues, la expresión echar el muerto a otro pueblo vecino nació para referirse al traslado de un cadáver sospechoso para evitar multas.

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