martes, 29 de junio de 2021

58. Mamá, no te metas

Museo Kunsthal (Rotterdam)
En octubre de 2012 el Centro de Arte de Rotterdam (conocido como Kunsthal) presentó la exposición "Avant-Gardes: The Collection of the Triton Foundation",  para celebrar el 20º aniversario del museo. Esta colección, propiedad de la familia del industrial holandés Willem Cordia, es una de las 200 más importantes del mundo, e incluye obras de Van Gogh, Picasso, Duchamp o Mondrian, entre otros. La exposición del Kuntshal era la primera vez que esta colección se exhibía al público.

Sobre las tres de la madrugada del 15 al 16 de octubre de 2.012 unos ladrones entraron en el museo, escogieron siete obras de Meyer de Haan, Gauguin, Monet, Matisse, Picasso y Freud; y huyeron en menos de dos minutos.

Cabeza de arlequín. Picasso 
Las obras eran: “Cabeza de Arlequín”, de Pablo Picasso; “La lectora en blanco y amarillo”, de Henri Matisse; el “Waterloo Bridge” y el “Charing Cross Bridge”, firmados por Claude Monet; y “Mujer ante una ventana abierta”, de Paul Gauguin. El botín incluía también “Autorretrato”, de Meyer de Hann, y “Mujer con los ojos cerrados”, de Lucian Freud.

El sistema de seguridad del Kunsthal está totalmente automatizado, y se gestiona desde una central externa, con cámaras controladas por ordenador, de manera que en el momento del robo no había ningún vigilante nocturno en el museo. Las alarmas estaban conectadas a una empresa privada  de seguridad, que alertó a la policía, pero cuando llegaron ya era demasiado tarde: los ladrones y las obras ya habían desaparecido.


Lectora en blanco y amarillo.
Matisse

En un primer momento se creyó que se trataba de un secuestro y que los ladrones pedirían un rescate al museo a cambio de las obras. La dirección del museo afirmó que estaban muy bien documentadas, aspecto que dificultaba mucho su venta. Todo un éxito para los ladrones,  pero nadie contó con que una madre sobreprotectora daría al traste con el futuro negocio de cacos, peristas y compradores. Seis rumanos fueron detenidos como supuestos autores del robo, que la Fiscalía rumana evaluó en 18 millones de euros como perjuicio, aunque la valoración de las obras ascendía a cien millones. Los detenidos no confesaban el paradero de los cuadros, que a primeros de julio continuaban en  paradero desconocido.  


Autorretrato. Meyer de Haan
Uno de los detenidos era Radu Dogaru (supuesto cabecilla del robo), cuya madre, ante la posibilidad de ver condenado a su hijo, decidió enterrar las obras en el jardín de una casa abandonada de la aldea rumana de Caracliu. La mujer, no contenta con el escondite y comprobando que la Policía cercaba el lugar, decidió trasladar los cuadros a un cementerio, pero no contenta con este segundo escondrijo, desenterró los lienzos y los quemó en la estufa de su casa. La madre de Dogaru pensó, en beneficio de su hijo, que si no había “cuerpo del delito”, tampoco habría delito y así libraría a su vástago de la cárcel.

Esa fue su primera  versión, pero a mediados de agosto la historia volvió a cambiar de rumbo: la mamá incineradora se retractó de lo dicho y los detenidos siguen negando que se hubieran quemado los lienzos. Los detenidos, por medio de su abogado, ofrecieron devolver algunos cuadros a cambio de ser trasladados y juzgados en Holanda, y no en Rumanía,donde permanecían detenidos. En agosto de 2.013 el juicio contra los seis detenidos fue aplazado hasta septiembre.  Este aplazamiento se debe a la petición de liberación bajo fianza de algunos de los presuntos sospechosos del robo. El abogado de la familia Dogaru, Catalin Dancu, ha señalado ante los periodistas que pedirá la opinión de expertos del museo del Louvre para averiguar si los lienzos fueron incinerados. "Los fiscales no saben todavía dónde se hallan los cuadros, pero se sabe con seguridad que no fueron calcinados", ha manifestado Dancu. Sin embargo, un peritaje de expertos rumanos del Museo Nacional de Historia de Rumanía revela que existen restos de tres o cuatro cuadros entre las cenizas halladas en la casa de la mujer. Entre las cenizas se hallaron pigmentos de pintura y clavos de cobre y acero, algunos con más de un siglo de antigüedad.  pero que no pueden precisar si se trata de los lienzos robados en Rotterdam. El abogado afirmó antes de entrar al juzgado que pretende proponer a los fiscales la entrega de cinco cuadros a cambio de que sus clientes cumplan su condena en Holanda. Radu Dogaru, de 29 años, se enfrenta a un máximo de 20 años de cárcel, mientras que su madre puede ser condenada a una pena de hasta 10 años, en una causa aparte, si se demuestra que ha quemado los valiosos lienzos. "Esperamos que Radu Dogaru se escape de una condena máxima de veinte años de cárcel por robo con consecuencias extremadamente graves", ha señalado el abogado del presunto ladrón, Catalin Dancu. Sus cómplices se arriesgan a una condena de entre siete y 20 años.


Mujer con los ojos cerrados.
Lucien Freud
Dogaru, de 29 años, realizó el espectacular robo acompañado de Adrian Procop, de 21 años, que se encuentra bajo búsqueda y captura, de modo será juzgado en rebeldía. Entre los otros inculpados figuran Mihai Alexandru Bitu y Eugen Darie, que supuestamente ayudaron a los dos ladrones en el intento de vender las obras, y Petre Condrat, un exmodelo que reconoció haber visto dos lienzos robados, un Matisse y un Gauguin, en su encuentro con un potencial comprador en Bucarest.  El caso de los cuadros, quemados, o no, que yo sepa, sigue abierto.


Puente de Waterloo. Monet


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