Museo Kunsthal (Rotterdam) |
Sobre las tres de la madrugada del 15 al 16 de octubre de 2.012 unos ladrones entraron en el museo, escogieron siete obras de Meyer de Haan, Gauguin, Monet, Matisse, Picasso y Freud; y huyeron en menos de dos minutos.
Cabeza de arlequín. Picasso |
El sistema de seguridad del Kunsthal está totalmente automatizado, y se gestiona desde una central externa, con cámaras controladas por ordenador, de manera que en el momento del robo no había ningún vigilante nocturno en el museo. Las alarmas estaban conectadas a una empresa privada de seguridad, que alertó a la policía, pero cuando llegaron ya era demasiado tarde: los ladrones y las obras ya habían desaparecido.
Lectora en blanco y amarillo. Matisse |
En un primer momento se creyó que se trataba de un secuestro y que los ladrones pedirían un rescate al museo a cambio de las obras. La dirección del museo afirmó que estaban muy bien documentadas, aspecto que dificultaba mucho su venta. Todo un éxito para los ladrones, pero nadie contó con que una madre sobreprotectora daría al traste con el futuro negocio de cacos, peristas y compradores. Seis rumanos fueron detenidos como supuestos autores del robo, que la Fiscalía rumana evaluó en 18 millones de euros como perjuicio, aunque la valoración de las obras ascendía a cien millones. Los detenidos no confesaban el paradero de los cuadros, que a primeros de julio continuaban en paradero desconocido.
Autorretrato. Meyer de Haan |
Esa fue su primera versión, pero a mediados de agosto la historia volvió a cambiar de rumbo: la mamá incineradora se retractó de lo dicho y los detenidos siguen negando que se hubieran quemado los lienzos. Los detenidos, por medio de su abogado, ofrecieron devolver algunos cuadros a cambio de ser trasladados y juzgados en Holanda, y no en Rumanía,donde permanecían detenidos. En agosto de 2.013 el juicio contra los seis detenidos fue aplazado hasta septiembre. Este aplazamiento se debe a la petición de liberación bajo fianza de algunos de los presuntos sospechosos del robo. El abogado de la familia Dogaru, Catalin Dancu, ha señalado ante los periodistas que pedirá la opinión de expertos del museo del Louvre para averiguar si los lienzos fueron incinerados. "Los fiscales no saben todavía dónde se hallan los cuadros, pero se sabe con seguridad que no fueron calcinados", ha manifestado Dancu. Sin embargo, un peritaje de expertos rumanos del Museo Nacional de Historia de Rumanía revela que existen restos de tres o cuatro cuadros entre las cenizas halladas en la casa de la mujer. Entre las cenizas se hallaron pigmentos de pintura y clavos de cobre y acero, algunos con más de un siglo de antigüedad. pero que no pueden precisar si se trata de los lienzos robados en Rotterdam. El abogado afirmó antes de entrar al juzgado que pretende proponer a los fiscales la entrega de cinco cuadros a cambio de que sus clientes cumplan su condena en Holanda. Radu Dogaru, de 29 años, se enfrenta a un máximo de 20 años de cárcel, mientras que su madre puede ser condenada a una pena de hasta 10 años, en una causa aparte, si se demuestra que ha quemado los valiosos lienzos. "Esperamos que Radu Dogaru se escape de una condena máxima de veinte años de cárcel por robo con consecuencias extremadamente graves", ha señalado el abogado del presunto ladrón, Catalin Dancu. Sus cómplices se arriesgan a una condena de entre siete y 20 años.
Mujer con los ojos cerrados. Lucien Freud |
Puente de Waterloo. Monet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario