Luisa de Guzmán, hija de los duques españoles de Medina Sidonia, se casó en 1633 con el duque portugués Juan de Braganza.
La boda formaba parte de un plan urdido por el conde-duque de Olivares, primer ministro de Felipe IV, para evitar que De Braganza se levantara contra España, por entonces en unión política con Portugal.
Pero le salió mal el plan a Olivares, porque la ambiciosa Luisa (descendiente de los reyes de Portugal por vía paterna y materna) instó a su marido a rebelarse contra el dominio español para convertirse en reina de Portugal, lo que finalmente consiguió en 1642.
Cuando le advirtieron de los peligros de hacer frente a España, dijo: “Mejor ser reina por un día que duquesa toda la vida”. Y fue reina durante 16 años y regente de Portugal otros 6.
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