martes, 13 de julio de 2021

62. El guijarro de Kafkania (un "bromazo en micénico")

Cuando Evans excavó en Cnossos encontró tablillas de barro cubiertas de signos. Pronto Evans distinguió que había dos escrituras diferentes, a las que llamó lineal A y lineal B. La lineal A, que solo ha podido ser descifrada en una pequeña parte,  sustituyó al jeroglífico cretense y surgió para poner por escrito el idioma minoico. Pero Evans no consiguió descifrar la lineal B.

La escritura lineal B se pudo descifrar bastante después,  tras años de esfuerzos y las sucesivas aportaciones de diferentes personas que, después de muchas conjeturas, iban aportando ideas con las que los investigadores fueron acercándose poco a poco al feliz resultado final.

Michael Ventris
Aunque para la posteridad quedó el nombre de Michael Ventris como quien descifró la lineal B, no sería justo dejar de mencionar a otras personas.




Michael Ventris era un británico nacido en 1.922. Su formación fue como arquitecto, pero entonces no se consideraba que el estudio de las lenguas clásicas fuera un "impedimento" para alguien que fuera a dedicarse después a una profesión "de ciencias", de forma que Ventris era bastante aficionado a las lenguas clásicas ya desde niño.

Con 14 años asistió a una conferencia de Evans y, entusiasmado,  decidió que él sería el que resolviera el problema de las aquellas escrituras. Se dedicó en sus ratos libres a intentar leerlas y traducirlas. Primero pensó que tenían relación con el etrusco y así llegó a publicar a los dieciocho años su primer artículo sobre el tema. Más tarde se dio cuenta de su error y buscó otras posibles explicaciones en lenguas afines, como el griego clásico, hacia el que dirigió sus esfuerzos desde entonces. En sus ratos libres dedicó una gran cantidad de tiempo, dinero y esfuerzo al estudio y comprensión del Lineal B, que fue su gran obsesión. Pasó varios años probando distintas combinaciones de signos, manteniendo abundante correspondencia con varios expertos.


Alice Kober

Precisamente una de aquellos expertos, la estadounidense Alice Kober, le ofreció una pista crucial: que había llegado a la convicción de que la lineal B era una forma de poner por escrito una lengua flexiva (1). Sin embargo Ventris no hizo caso de aquello y cometió un gran error, pues Kober estaba en lo cierto, y eso retrasó quizás años el definitivo desciframiento de la escritura. Finalmente, su colaboración con  el especialista en lenguas clásicas, John Chadwick, junto con el cual pudo descifrar y comprender plenamente el Lineal B. El  día 24 de junio de 1,952, en una entrevista para la BBC, dio a conocer la noticia de que la escritura lineal B había sido descifrada. La gran sorpresa que proporcionó esa escritura es que era una forma de escribir griego. La lengua que nos transmitía esa escritura era, sin duda alguna griego, un griego arcaico, pero griego.

Ventris no pudo disfrutar mucho de su descubrimiento, pues el 6 de septiembre de 1.956 murió, con 34 años, en un accidente de tráfico.

Después de leer gran número de textos, hasta ese momento indescifrables, se llegaba a ciertas conclusiones. Los textos micénicos en lineal B ya leídos tenían en común:

- Eran de carácter contable: inventarios, listas de ganados y otros bienes, etc.
- Todos estaban inscritos en tablillas de barro o pintados sobre recipientes de cerámica
- Ningún documento estaba "ilustrado"
- Todos eran posteriores al año 1.450 a. C.




 Pero he aquí que en 1.994 se encontró en Kafkania, a pocos kilómetros de Olimpia el llamado "Guijarro de Kafkania". Contiene una breve inscripción de ocho signos silábicos en silabario lineal B, que tal vez deben leerse como a-so-na / qo-ro-qa / qa-jo. En el reverso hay un símbolo de doble hacha de la que salían una especie de rayos. Se ha sugerido que qo-ro-qa es un nombre de persona que contiene el sufijo /-ōkʷs/ (-ωπς). Se ha datado la inscripción, a partir del contexto arqueológico, en el siglo XVII a. C. Esto lo convertiría en el testimonio escrito más antiguo de la Grecia continental, y en el documento escrito en lineal B más antiguo. En seguida saltó la polémica porque aquello contradecía TODO lo que hasta entonces caracterizaba las inscripciones en lineal B:

- No era de carácter contable: 
- No estaba inscrito en tablillas de barro ni pintados sobre un  recipientes de cerámica
- incluía un "dibujo" (una extraña doble hacha radiada) en una de sus caras
- Había sido hallado en un estrato correspondiente al 1.600 a. C

Louis Godart lo publicó, echando las campanas al vuelo, diciendo que esto demostraba que los micénicos usaban la escritura para otras cosas diferentes que fines contables, quizás hasta literatura. Hasta que otro experto, un norteamericano llamado Tom Palaima puso de manifiesto una serie de hechos: el guijarro había aparecido el 1 de abril  el "fools day"(que para los británicos es el equivalente a nuestro día de los inocentes), y que, sospechosamente, aparece el nombre del marido de la arqueóloga y de como llamaban a su hijo, un niño que correteaba todo el rato por la excavación. En resumen, que es un bromazo y como inscripción es más falso que Judas. Y ahí acabó el asunto, nadie más dijo ni pío.






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1) Una lengua flexiva es la que tiene que tiene un sistema flexión nominal o verbal extensivo. Una lengua sintética, es decir, un tipo de lengua que combina muchos morfemas por palabra. Una lengua fusionante en la que cada sufijo flexivo expresa varias categorías gramaticales simultáneamente. Ej: camino, caminero, caminera: Sevilla, sevillano, sevillana.





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