La frase equivale a algo sumamente fácil de llevar a cabo o de escaso valor. Su origen está en la batalla librada el 27 de abril de 1522 en la localidad de La Bicocca, población cercana a Monza, en el antiguo condado de Milán, donde un ejército francés y veneciano, reforzado con mercenarios suizos fue diezmado sin que hubiera casi ninguna baja entre los españoles.
En realidad, hubo UNA baja entre los españoles, un arcabucero murió por la coz de una mula. En el bando contrario hubo unas 3.000 bajas.
Un hecho decisivo de esta victoria fue que las picas de los mercenarios suizos poco podían hacer frente a la pólvora de los arcabuces del ejército de Carlos V.
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