Existen muchas posibles explicaciones del origen de esta expresión:
– Locución procedente de la lucha grecorromana o de otros juegos y deportes similares y centrados en el cuerpo a cuerpo, en los que se vence cuando se consigue que el contrario caiga tres veces al suelo, o de la esgrima pues algunos combates se celebraban a tres “tocados”.
– También podría venir de las justas medievales, del juego que consistía en, con el caballo lanzado a la carrera, ensartar en la lanza tres anillos, a cada cual más pequeño.
– Hay otra explicación, referida a la disposición de las líneas del ejército romano: una primera en la que iban los pilati o veliti, soldados más inexpertos y menos disciplinados, con armas ligeras; una segunda, formada por combatientes más expertos denominados hastati, armados con picas; y una tercera en la que iban los triarios, veteranos curtidos en mil batallas cuerpo a cuerpo. Existe incluso una expresión latina (ad triarios ventum est) que podemos traducir libremente como “la fuerza está en la tercera línea” o “en la tercera línera se decide todo”.
– No hay que olvidar tampoco que en algunos fueros medievales el tercer robo se castigaba con la muerte, pena que se mantuvo en el derecho penal de los siglos XVI y XVII.
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