martes, 15 de febrero de 2022

97. Los vándalos, ¿eran realmente unos "vándalos"?

 


Por si el título de la entrada os desconcierta, aclaro que yo iba a escribir sobre obras de arte y sobre esa obsesión, incomprensible para mi, que tienen algunos humanos de,  para protestar por algo, liarse a martillazos o a cuchilladas con alguna obra de arte, cuanto más famosa mejor, como si la Gioconda, las esculturas de Miguel Ángel o la Venus del espejo tuvieran la culpa de las injusticias del mundo Y, sobre todo, destruirlas arreglara algo. Para hablar de ello con propiedad, me aseguro del significado de las palabras "vándalo", "vandalismo" y "vandalizar" y me encuentro lo siguiente.

Según la R.A.E., para vándalo:

adj. Dicho de una persona: Que comete acciones propias de gente salvaje y destructiva.

Para vandalizar:

verbo transitivo. Cometer acciones destructivas contra la propiedad pública.

Para vandalismo:

1. m. Devastación propia de los antiguos vándalos.

2. m. Espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna, sagrada ni profana.

¿Estamos ante un prejuicio infundado? Por eso, antes de abordar el tema previsto, me dispongo a aclarar ese punto y me encuentro lo siguiente (1)

El saqueo de la capital romana llegó a los libros de historia, pero no fue tan violento como se puede suponer. Aunque la Iglesia consideraba a los vándalos unos herejes, negociaron con el papa León I, que los convenció para que no destruyeran Roma. Saquearon las arcas de la ciudad, pero dejaron intactos los edificios y volvieron a casa. (...) Hasta la actualidad, «vándalo» se asocia —quizá injustamente— al saqueo de Roma.

En fin, salvando lo que cada cual decida pensar, me redirijo a mi intención original.

A lo largo de los siglos, algunos individuos (e individuas)  furiosos o frustrados por un hecho que consideran ominoso (veremos que a veces no se trata de cosas de taaaaaanta importancia) intentan destruir una obra de arte famosa, supongo que sobre todo por llamar la atención y conscientes de que su acción no va a cambiar nada. pero es curioso constatar que algunas de estas obras parecen tener un verdadero imán para esta clase de ¿pirados? (aquí necesitaríamos la opinión de un psiquiatra).

 Veamos una especie de "top ten"


1. La Gioconda. El cuadro más famoso de Leonardo Da Vinci ha sufrido una buena cantidad de daños a los largo de su exhibición. En 1956, la mitad inferior de la obra maestra fue seriamente dañada cuando alguien arrojó ácido al retrato. Más tarde ese mismo año, un boliviano llamado Ugo Ungaza arrojó una piedra a la obra, astillando la pintura en el codo izquierdo de la mujer. Aunque fue restaurada, y finalmente colocada detrás de un cristal antibalas, eso no impidió que la gente intentara infligirle más daños. En 1974, una mujer discapacitada que estaba enojada por la política de personas discapacitadas del Museo Nacional de Tokio, donde se exhibía la pintura, la atacó con pintura roja en aerosol. En agosto de 2009, una mujer rusa que estaba molesta por la denegación de la ciudadanía francesa lanzó una taza de té caliente al trabajo. En la foto, un empleado del museo señala el punto de impacto de la piedra arrojada por Ugo Ungaza.

2. "The fountain", de Marcel Duchamp. La famosa escultura ha sido vandalizada en varias ocasiones por artistas que querían “dialogar” con Marcel Duchamp. El artista sudafricano Kendell Geers se orinó en la obra mientras estaba expuesta en Venecia en 1993; el artista francés Pierre Pinoncelli orinó en la escultura mientras estaba en exhibición en Nimes, Francia, ese mismo año; y el artista sueco Björn Kjelltoft también orinó en la obra mientras estaba en Estocolmo en 1999. Incluso el músico Brian Eno orinó en la obra mientras estaba en exhibición en el MoMA en 1995. Finalmente, el dúo de performance chino Yuan Chai y Jian Jun Xi orinaron sobre la obra mientras estaba expuesta en Londres en el año 2000. Chai dijo: “El urinario está allí, es una invitación. Como dijo Duchamp, es la elección del artista. Elige lo que es arte. Acabamos de añadirle un poco más”.

3. La Piedad del Vaticano  de Miguel Ángel.

Un geólogo australiano de origen húngaro, Laszlo Toth, atacó en 1972 la obra maestra de mármol de Miguel Ángel de 1499 que representaba a la Virgen María acunando el cuerpo muerto de Cristo con un martillo, mientras gritaba: “¡Soy Jesucristo, resucitado de entre los muertos!”. Toth golpeó la escultura 15 veces, rompiéndole el brazo a María a la altura  del codo, así como parte de su nariz y párpado. Un grupo de transeúntes, entre ellos un estadounidense que lo golpeó repetidamente, atacó a Toth casi inmediatamente. El incidente, que tuvo lugar durante el Pentecostés del 21 de mayo, fue desencadenado por la larga fantasía de Toth de que él era Jesús; incluso había escrito al Papa el año anterior para exigir que se le reconociera como el Mesías. Juzgado como demente, Toth fue internado en un hospital psiquiátrico en Italia durante dos años antes de ser deportado a Australia. Nunca fue a la cárcel por sus acciones. En la foto, momentos después de que atacara la escultura.

4. La "Venus del espejo" de Velázquez.

En 1914, la sufragista Mary Richardson entró en la National Gallery de Londres y atacó el cuadro de Diego Velázquez con un cuchillo para carne, apuñalando el lienzo siete veces. Slasher Mary, como la apodó la prensa, protestaba por la detención de una colega sufragista, Emmeline Pankhurst. “He intentado destruir la imagen de la mujer más bella de la historia mitológica como protesta contra la destrucción por parte del Gobierno de la Sra. Pankhurst, que es el personaje más bello de la historia moderna”, explicó Richardson. Añadió que también se sintió insultada por “la forma en que los hombres miraban el cuadro todo el día”. Afortunadamente, se logró restaurar completamente el lienzo.

5. El "Guernica" de Picasso

El 28 de febrero de 1974, un hombre de 30 años entró en las galerías del tercer piso del Museo de Arte Moderno de Nueva York y procedió a desfigurar el Guernica de Pablo Picasso con pintura en aerosol, escribiendo KILL ALL LIES en letras rojas gigantes. “Llamen al conservador”, gritó al parecer mientras los guardias lo agarraban. “Soy un artista”. Aunque los medios lo retrataron en un lenguaje normalmente reservado para los inadaptados sociales o los mentalmente desequilibrados, tuvo la presencia de la mente para alertar a la agencia AP antes de lo que resultó ser un truco calculado. De hecho, en lugar de enviarlo a la cárcel, el MoMA se negó a presentar cargos, y el propio hombre, Tony Shafrazi, se convirtió más tarde en un mercader de arte de gran éxito, beneficiándose de las carreras de Keith Haring, Jean-Michel Basquiat y Kenny Scharf. Aparte de la publicidad, las motivaciones de Shafrazi no estaban claras, y en algunos puntos lo llamó una protesta contra la guerra y una colaboración retroactiva con Picasso en otros.  Fue devuelto en 1981, y actualmente reside bajo cristal antibalas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

6. "Danae" 

Una de las historias más dramáticas de vandalismo es la de Danaë de Rembrandt. El 15 de junio de 1985, la pintura del siglo XVII fue atacada en el Museo del Ermitage en Rusia por un lituano llamado Bronus Maigis, que más tarde fue declarado como una persona con problemas de salud mental. Maigis simplemente entró en el museo, arrojó ácido sulfúrico sobre el lienzo y luego lo atacó con un cuchillo, destruyendo la parte central de la composición. Maigis afirmó que el acto de vandalismo fue una protesta contra la política de la Unión Soviética. La restauración duró casi 13 años, pero el daño era tan grande que volver a pintar todas las partes dañadas significaría que la pintura ya no era un verdadero Rembrandt, así que los restauradores decidieron no hacer la restauración completa. Hoy en día el lienzo está protegido con un cristal blindado, pero ya no tenemos la Danaë original.

7. "David" de Miguel Ángel

En 1991, un italiano desempleado de 47 años llamado Piero Cannata entró en el museo de la Galleria dell’Accademia de Florencia con un martillo escondido en su chaqueta. Cuando se acercó a la escultura David de Miguel Ángel, que algunos aclaman como la escultura más famosa del mundo, sacó su arma y atacó la pieza, rompiendo uno de los dedos del pie izquierdo. Los visitantes del museo intentaron evitar que el atacante causara más daños hasta que la seguridad llegó al lugar. Cannata, a quien la policía describió como “trastornado”, afirmó que cometió el acto porque el modelo de un pintor veneciano del siglo XVI, “Nani”, le había dado instrucciones para hacerlo. Finalmente, se recuperaron todos los fragmentos del dedo del pie, lo que permitió reparar la escultura.


8. La "Ronda Nocturna".

Se hicieron tres intentos de desfigurar la pintura de Rembrandt de 1642, aunque sólo uno causó daños sustanciales. En 1975, William de Rijk, un maestro de escuela desempleado, cortó el cuadro repetidamente con un cuchillo antes de que los guardias lo detuvieran. Fue internado en un hospital psiquiátrico, donde se suicidó en 1976. La reparación de The Night Watch llevó seis meses, y todavía se pueden ver rastros leves de las marcas de corte. Sesenta y cuatro años antes, un antiguo cocinero de la Armada holandesa también atacó la pintura con un cuchillo, pero afortunadamente no pudo penetrar la gruesa capa de barniz de la pintura. En 1990, un hombre salpicó el cuadro con un agente desconocido, que los periódicos holandeses identificaron como ácido sulfúrico, aunque los funcionarios del Rijksmuseum de Ámsterdam (donde se conserva el cuadro) se negaron a confirmar el informe. Dijeron que el producto químico fue efectivamente neutralizado antes de que pudiera hacer daño real.

9. "Black on Maroon", de Mark Rothko

La abstracción de Rothko de 1958 fue desfigurada mientras colgaba en la Tate Gallery de Londres por un tal Wlodzimierz Umaniec, un artista, blogger y único proponente de una filosofía artística que él denominó amarillismo (definido no como arte ni no arte, sino como “un fenómeno autónomo en la cultura visual contemporánea”). Usando un marcador negro, escribió UNA PIEZA POTENCIAL DE AMARILLISMO en la esquina inferior derecha del cuadro, añadiendo la firma seudónima, Vladimir Umanets. Umaniec pasó el año siguiente en prisión y, tras su liberación, se arrepintió en un editorial escrito para el periódico The Guardian.

10. "Dirty corner" de Anish Kapoor

Una gran estructura en forma de embudo fabricada originalmente en 2011, Dirty Corner es la creación de uno de los artistas contemporáneos más famosos de Gran Bretaña. En junio de 2015 se instaló en los jardines del Palacio de Versalles, y gracias a su forma de vulva fue inmediatamente apodada “la vagina de la Reina” por los detractores. Sin embargo, las objeciones a la controvertida pieza (que Kapoor describió como “muy sexual”) fueron más allá de las burlas cuando alguien le arrojó pintura amarilla. Después de su limpieza, la escultura fue nuevamente desfigurada, esta vez con graffiti antisemita pintado en blanco. Kapoor, que se negó a que la pieza se limpiara por segunda vez, atribuyó el segundo incidente al maltrato de la población musulmana en Francia.

Pero esta lista ha sido elaborada de acuerdo a una opinión subjetiva acerca de la fama de las obras. Sin embargo, en ella no figura la obra más vandalizada de la historia, que es, ¡tacháaaan!

La sirenita de Copenhague. A lo largo de sus 109 años de historia, ha sido cubierta de pintura roja, se le ha arrancado un brazo, la cabeza, se ha volado con dinamita, se ha vestido con un burka... En un momento se pensó en colocarla en un lugar más protegido y se reubicó unos metros más adentro en el mar, sin resultado, recientemente volvió a ser víctima del movimiento “Black Lives Matter”, impulsado en Estados Unidos tras la muerte del ciudadano negro George Floyd a manos de un policía. En la foto se ve como fue calificada de "pez racista" (?)

Y por si todavía tenéis ganas de más, añado un enlace a un listado a 64 obras más que ofrece Wikipedia.

Y justo en estos días nos enteramos de un nuevo caso


Los rostros ciegos de la obra Tres figuras (1932-1934), de la artista vanguardista Anna Lepórskaya (1900-1982), amanecieron el 8 de diciembre pasado con unos ojos dibujados con un bolígrafo sobre ellos. El vándalo resultó ser un vigilante de seguridad en su primer día de trabajo (que, según explicó, estaba aburrido) en el Centro Presidencial Boris Yeltsin de la ciudad rusa de Ekaterimburgo, donde se exhibía temporalmente el cuadro, según han confirmado los organizadores. A pesar de lo llamativo del suceso, el incidente tardó en salir a la luz un mes (14 de enero) y se necesitó otro más (9 de febrero) para conocer quién fue el autor. La obra podrá ser restaurada “sin más consecuencias”.

“El trabajo fue inspeccionado al día siguiente por un restaurador de la Galería Estatal Tretiakov de Moscú, propietaria de la obra, enviado de vuelta a la capital. La pintura se está restaurando y el daño, según el experto, puede eliminarse”, afirmó la fundación del expresidente ruso en enero, cuando reconoció a través de un comunicado el suceso revelado por The Art Newspaper. Según la información a la que tuvo acceso ese medio, los costes de restauración rondarían los 250.000 rublos, algo menos de 3.000 euros al devaluado cambio actual, mientras que su seguro ascendía a 74,9 millones de rublos, unos 880.000 euros. (información de El País

___________________

(1) En un artículo de National Geographic cuyo enlace facilito. Tómese con la prevención con la que debemos tomar cualquier dato de internet. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario