Los temas para este blog parecen realmente inagotables y a veces surgen de forma totalmente insospechada, Como este de hoy, al que he llegado por una vereda totalmente sinuosa.
Hace ya tiempo me había venido un recuerdo de la infancia. Los domingos por la mañana había en televisión española un programa sobre ballet, que yo disfrutaba con asiduidad. De ese programa destacaban dos recuerdos nítidos: la redifusión de una representación de Romeo y Julieta, de Prokofiev, en el Covent Garden de Londres, con Rudolf Nureiev y Margot Fonteyn en los principales papeles, y un ballet muy corto (tiene solo un acto y solo interviene una pareja de bailarines) que titulado El espectro de la rosa. La música es una versión orquestada, probablemente por Berlioz, de un pieza de piano de Weber, que fue coreografiada por Fokine y estrenada por Nijinski y Karsavina en Montecarlo en 1.911. El éxito de Nijinsky en este paso a dos romántico, que al mismo tiempo es una pieza de bravura para el protagonista masculino, fue espectacular y el ballet quedó unido para siempre a su nombre y su leyenda. Estuve unos minutos viendo vídeos de Nijinski en You Tube (El espectro de la rosa y La siesta de un fauno) y pasé a contrastar unos datos sobre la vida de Nijinski en Wikipedia. Y ahí se mencionaba un dato que me pareció curioso y que me ha llevado a la historia que os quería contar.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, España se mantuvo neutral, en parte por la situación económica de España, y en parte por razones familiares. Su esposa era nieta de la reina Victoria de Inglaterra y su madre era una Habsburgo, sobrina del emperador Francisco José, por lo que la familia se encontraba dividida entre los dos bandos (la clásica "guerra" suegra-nuera, nada menos). Durante la guerra le llegó al rey desde Francia un carta de una lavandera de Bayona que no había tenido noticias de su marido desde la batalla de Charleroi y le pedía que hiciera gestiones para localizarlo o, al menos, saber si vivía. El rey consiguió encontrarlo. Estaba prisionero y no le habían permitido escribir a su familia para comunicarles su paradero. Cuando la noticia salió en los periódicos hubo una avalancha de cartas con peticiones semejantes. La historia llegó a la prensa francesa el 18 de junio de 1.915 y, ante el aluvión de peticiones se creó una Oficina Pro Cautivos en las dependencias del Palacio Real cuyo objetivo era ayudar a los familiares de los desaparecidos en combate a encontrar a sus seres queridos. El rey financió esta oficina con un millón de pesetas de su bolsillo. Esta iniciativa consiguió llevar a cabo una extraordinaria labor humanitaria. Sus tan sólo 40 empleados consiguieron repatriar a 70.000 civiles y a 21.000 soldados. Intervino a favor de 136.000 prisioneros de guerra y llevó a cabo 4.000 visitas de inspección a campos de prisioneros. Se llegaron a conmutar 4 penas de muerte.
Dependencias de la Oficina pro Cautivos en el Palacio Real |
Sólo me queda por aclarar el paso de Nijinski a la iniciativa de Alfonso XIII. Aunque la mayoría de los beneficiados por esta Oficina era personas anónimas, algunos "famosos" salvaron su vida gracias a esta iniciativa. Maurice Chevalier, herido y prisionero de los alemanes, el pianista Arthur Rubinstein y Nijinski. Durante la Segunda Guerra Mundial, Nijinski, que era polaco, aunque sólo tenía 24 años era ya mundialmente famoso estaba en arresto domiciliario en Hungría. Y pudo volver a Rusia. Y así fue la cosa.
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