La pequeña historia de hoy tiene algo de curiosidad científica, y no solo histórica.
Que Mozart era un genio ya lo sabemos. Pero hoy escribo sobre lo que quizás lo ayudó a convertirse en genio. Mozart poseía lo que se llama oído absoluto. La habilidad de identificar una nota por su nombre sin la ayuda de una nota referencial, o ser capaz de producir exactamente una nota solicitada (cantando) sin ninguna otra de referencia. Pero no es solo eso, las personas con oído absoluto son capaces de reconocer en qué nota suenan sonidos cotidianos como las campanadas de un reloj, una sirena (de ambulancia, por ejemplo) o un timbre. El oído absoluto nace, no se hace, y lo poseen más o menos una de cada 10.000 personas. El oído absoluto es independiente del conocimiento o la práctica musical, aunque, como el fácil comprender, lo aprovechan mejor las personas dedicadas a la música. Además de las mencionadas, el oído absoluto incluye las siguientes capacidades:
- Reproducir a la perfección una canción jamás tocada por ese individuo en un instrumento musical sin necesidad de leerla en una partitura y/o memorizándolo con tan sólo una vez. Sobre esta capacidad existe una anécdota:
Durante esa gira infantil, en la que Leopold Mozart llevó a sus hijos por toda Europa, los Mozart llegaron a Roma el 11 de abril de 1770, donde escuchó el Miserere de Gregorio Allegri una vez durante una representación en la Capilla Sixtina. Esta obra tenía carácter secreto, pues solo podía interpretarse en dicho lugar y la publicación de su partitura estaba prohibida bajo pena de excomunión. Sin embargo, apenas llegado a la posada donde se alojaba, el joven compositor demostró poder escribir de memoria una versión muy aproximada de la partitura completa de la obra que sólo había escuchado una vez. El papa Clemente XIV, admirado del talento del músico de 14 años, no solo no lo excomulgó, sino que lo nombró Caballero de la Orden de la Espuela de Oro.
- Notar inmediatamente si alguna nota está desafinada, independientemente del sistema de afinación.
Ya los contemporáneos de Mozart se dieron cuenta de estas capacidades cuando aún era un niño al que su padre llevó de gira por toda Europa junto con su hermana Nanerl, según se narra en una carta sin firma en el periódico de Augsburgo en Baviera, cuando Mozart tenía 7 años.
Otras personas con oído absoluto han sido Bach. Michael Jackson, Ray Charles, Stevie Wonder, Miles Davis, Brian Wilson, Ana Torroja y Freddie Mercury. Los últimos estudios sobre el tema apuntan a que se trata de una variación genética. Al leer esta lista, en la que abundan los nombres recientes y escasean nombres de grandes músicos clásicos mi deducción es (y puedo estar equivocada) que es actualmente cuando gracias a la tecnología y a la abundancia de estudios sobre el tema se identifica mejor al poseedor de un oído absoluto. Es posible que muchos agraciados con este don hayan pasado desapercibidos en el pasado y por eso falten nombres de otra época.
No hay comentarios:
Publicar un comentario